A fines del siglo XVIII, en Concepción vivían tres hermanas,
a quienes se las conocía como las tres Pascualas. Como era su costumbre lavar
juntas la ropa en una laguna cercana a su hogar, se las veía frecuentemente
afanadas en esta labor.
Una tarde, algunas mujeres encontraron sus cadáveres
flotando en el agua. ¿Qué había pasado? Según se cuenta, las hermanas se
enamoraron del mismo hombre, quien las sedujo y, luego, las abandonó.
Desesperadas, ellas decidieron terminar con sus vidas y se arrojaron a la
laguna. Inexplicablemente, se formó un gran remolino y las aguas, furiosas, se
desbordaron. Cuando la quietud volvió, la laguna tomó la forma de la luna en
cuarto menguante.
Desde entonces, los lugareños cuentan que algunas noches
suelen ver lavando a las tres Pascualas.
Versión de otro autor.
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